Rafael Caro Quintero permanece en el centro médico “Adolfo López Mateos” de Toluca tras operación de la próstata

Redaccion.

Toluca, Estado de México.- El narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero de 70 años de edad, continúa al interior del Centro Médico “Adolfo López Mateos”, en la ciudad de Toluca, tras una intervención quirúrgica.

Desde hace años, el fundador del Cártel de Guadalajara junto con Miguel Angel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carillo mantiene una afección prostática, causa que orilló el que sus abogados promovieran un amparo el año pasado, con el fin de que las autoridades carcelarias federales de la prisión de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, le permitieran al capo el acceso a atención médica.

Tras una degeneración en el cuadro médico permitió su salida de la prisión federal
desde el día miércoles misma que se dió mediante un convoy integrado por elementos del ejército mexicano, la guardia nacional y la policía del Estado de México.

Hasta el momento se sabe que la cirugía ya estaba programada por una hipertrofia de 4to grado en la próstata lo que permitiría que el narcotraficante permaneciera en el centro médico estatal durante unos días hasta su recuperación, por lo que autoridades aún continúan con el operativo para resguardar el hospital.

Cabe resaltar que Caro Quintero permaneció por más de 28 años en prisión obteniendo su libertad por una resolución del primer tribunal colegiado en materia penal del tercer circuito en Jalisco, bajo el argumento de que “no debió ser enjuiciado en el fuero federal por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena”.

Tras su liberación desapareció del ojo público y es rehaprendido en en julio de 2022; por lo que Rafael Caro Quintero es trasladado al penal de máxima seguridad del Altiplano en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, desde que fue detenido en un pequeño pueblo llamado Choix, en Sinaloa.

Vecino de Ovidio Guzmán hasta el 15 de septiembre Caro Quintero permanece en calidad de detenido en México, cabe recordar que el gobierno estadounidense ofrecía por él una recompensa de 20 millones de dólares acusado del asesinato de un agente de la DEA en 1985. Siendo la segunda recompensa más alta de la historia solo detrás de la recompensa de 25 millones de dólares ofrecidos por el terrorista Osama Bin Laden; abatido en el año 2011.